49. éste metió rápidamente su mano en la bolsa, sacó la piedra y se la tiró con la honda. La piedra alcanzó al filisteo, hundiéndosele en la frente. Este cayó de bruces al suelo.





“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina