31. Judas y los suyos se lo agradecieron y les exhortaron a que también en lo sucesivo fueran benévolos con los de su raza. Hecho esto, se volvieron a Jerusalén, pues ya estaba cerca la fiesta de las Semanas, o sea, Pentecostés.





“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina