39. Lisímaco cometió muchos robos sacrílegos en Jerusalén con el consentimiento de Menelao, y, como la cosa se supo, la multitud se amotinó contra Lisímaco, después que muchos objetos de oro ya habían salido de la ciudad.





“O santo silêncio nos permite ouvir mais claramente a voz de Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina