Baruc, 6
16. Una vez colocados en un templo, sus ojos se cubren luego del polvo que levantan los pies de los que entran.
16. Una vez colocados en un templo, sus ojos se cubren luego del polvo que levantan los pies de los que entran.
“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina