Ezequiel, 27

13. Yaván, Tubal y Mesac adquirían tus mercaderías a cambio de esclavos y objetos de bronce.

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Ezequiel 27 describe la ciudad de Tire y su grandeza, pero también predice su caída. El capítulo menciona la riqueza y el comercio de la ciudad, pero destaca la arrogancia y la confianza en su propia fuerza, en lugar de reconocer a Dios como soberano. Aquí hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en Ezequiel 27:

Isaías 23:8 - "¿Quién decretó esto sobre Tire, quién distribuyó coronas cuyos comerciantes eran príncipes y cuyos comerciantes eran los más nobles de la Tierra?" Este versículo describe la riqueza y la posición de disparar como un importante centro comercial.

Proverbios 16:18 - "La arrogancia precede a la destrucción; el orgullo precede a la caída". Este versículo destaca el problema central de disparos, que se ha vuelto arrogante y confiado en su propia fuerza en lugar de reconocer a Dios como soberano.

Jeremías 25:22 - "Todas las ciudades de los reyes de Tire, todas las ciudades de los reyes de Sidón y las ciudades de la costa más allá del mar". Este versículo menciona a Tire como una de las ciudades de la costa, junto con Sidon, que también era conocida por su oficio.

Apocalipsis 18:11-13 - "Los comerciantes de la Tierra lloran y lo lamentan, porque nadie más compra sus bienes: oro, plata, piedras preciosas y perlas; lino delgado, púrpura, seda y escarlata; todo tipo de madera odorífera, todas preciosas Objetos de marfil y madera, bronce, hierro y mármol ". Este versículo se relaciona con la caída del tiroteo, cuando el comercio que trajo riqueza a la ciudad terminó y nadie más compró sus productos.

Ezequiel 28:2 - "Hijo del hombre, dígale al príncipe del disparo, así dice el soberano, el Señor, en el orgullo de tu corazón, dijiste: 'Soy un Dios; habito en un trono de dioses, en el corazón de los mares ". Pero eres un hombre, no un dios; no importa cuánto sea igual a un dios ". Este versículo es un ejemplo de la arrogancia de los disparos y cómo la ciudad se consideraba superior a los demás, incluso a los dioses. La profecía de Ezequiel 27 advierte sobre las desastrosas consecuencias de este tipo de pensamiento.