18. ¿Será puro algún mortal a los ojos de su Hacedor? Ni siquiera en sus servidores Dios confía, él, que descubre fallas en sus mismos ángeles.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina