21. Gedeón lo hizo así. En ese momento el Angel de Yavé extendió el bastón que tenía en la mano y tocó la carne y los panes. De repente una llamarada salió de la roca. El fuego quemó la carne y los panes y el Angel de Yavé desapareció.





“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina