Znaleziono 1093 Wyniki dla: Alegría de David

  • Acuérdate de Cristo Jesús, descendiente de David y resucitado de entre los muertos, según mi evangelio. (2º Carta a Timoteo 2, 8)

  • Amas la justicia y aborreces la maldad; por eso, oh Dios, tu Dios te concedió una consagración real que es fuente de alegría, con preferencia a tus compañeros. (Carta a los Hebreos 1, 9)

  • Por esta razón, mucho más tarde, Dios fija nuevamente un día que llama hoy, diciendo por boca de David lo que se recordó más arriba: Ojalá hoy escuchen la voz del Señor, no endurezcan su corazón. (Carta a los Hebreos 4, 7)

  • ¿Qué más diré? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, lo mismo que de Samuel y de los profetas. (Carta a los Hebreos 11, 32)

  • Obedezcan a sus dirigentes y estén sumisos, pues ellos se desvelan por sus almas, de las cuales deberán rendir cuenta. Ojalá esto sea para ellos motivo de alegría y no un peso, pues no les traería a ustedes ventaja de ninguna clase. (Carta a los Hebreos 13, 17)

  • Reconozcan su miseria, laméntenla y lloren. Lo que les conviene es llanto y no risa, tristeza y no alegría. (Carta de Santiago 4, 9)

  • Ustedes lo aman sin haberlo visto; ahora creen en él sin verlo, y nadie sabría expresar su alegría celestial (1º Carta de Pedro 1, 8)

  • Y les escribimos esto para que sea mayor nuestra alegría. (1º Carta de Juan 1, 4)

  • Grande ha sido mi alegría al oír alabar tu verdad a los hermanos que llegaron, puesto que vives en la verdad. (3º Carta de Juan 1, 3)

  • Nada me causa mayor alegría que el saber que mis hijos viven en la verdad. (3º Carta de Juan 1, 4)

  • Escribe al ángel de la Iglesia de Filadelfia: Así habla el Santo, el Verdadero, el que guarda la llave de David: si él abre, nadie puede cerrar, y si cierra, nadie puede abrir. (Apocalipsis 3, 7)

  • Entonces uno de los ancianos me dijo: «No llores más; acaba de triunfar el león de la tribu de Judá, el brote de David; él abrirá el libro y sus siete sellos.» (Apocalipsis 5, 5)


“Cuide de estar sempre em estado de graça.” São Padre Pio de Pietrelcina