Znaleziono 57 Wyniki dla: Antíoco

  • Entre tanto, Filipo, a quien el rey Antíoco había confiado en vida la educación de su hijo Antíoco para prepararlo a gobernar, (1 Macabeos 6, 55)

  • Apenas entró en el reino de sus padres, el ejército tomó presos a Antíoco y a Lisias para entregárselos. (1 Macabeos 7, 2)

  • Habían vencido a Antíoco el Grande, rey de Asia, que les presentó batalla con ciento veinte elefantes, con caballería, carros y un ejército muy poderoso. Fue derrotado y, después de caer en sus manos, (1 Macabeos 8, 6)

  • El año ciento sesenta, Alejandro Epífanes, hijo de Antíoco, se embarcó y ocupó Tolemaida, donde fue bien recibido y comenzó a reinar. (1 Macabeos 10, 1)

  • Entonces Trifón, que había sido partidario de Alejandro, aprovechó el desconcierto del ejército contra Demetrio. Se dirigió al árabe Emalcué, el cual educaba a Antíoco, hijo de Alejandro, (1 Macabeos 11, 39)

  • Después de esto Trifón regresó con Antíoco, el cual era todavía un niño. Lo proclamaron rey y se ciñó la corona. (1 Macabeos 11, 54)

  • Entonces el jovencito Antíoco envió a Jonatán esta carta: «Te confirmo en el cargo de Sumo Sacerdote, te hago gobernador de los cuatro distritos y te pongo entre los Amigos del Rey.» (1 Macabeos 11, 57)

  • Hemos, pues, elegido a Neumenio, hijo de Antíoco, y a Antípater, hijo de Jasón, y los hemos enviado a los romanos para renovar la antigua amistad y alianza. (1 Macabeos 12, 16)

  • Trifón deseaba reinar en Asia, ceñirse la corona y deshacerse del rey Antíoco. (1 Macabeos 12, 39)

  • Trifón, que procedía de mala fe con el joven rey Antíoco, acabó por matarlo. Se proclamó rey en su lugar, (1 Macabeos 13, 31)

  • Hemos registrado sus declaraciones en las actas públicas de este modo: Neumenio, hijo de Antíoco, y Antípater, hijo de Jasón, embajadores de los judíos, han venido para renovar la amistad con nosotros. (1 Macabeos 14, 22)

  • Antíoco, hijo del rey Demetrio, mandó desde las islas del mar a Simón, Sumo Sacerdote y jefe de los judíos, y a toda la nación, (1 Macabeos 15, 1)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina