Znaleziono 907 Wyniki dla: Jerusalén

  • Jesús había nacido en Belén de Judá durante el reinado de Herodes. Unos Magos que venían de Oriente llegaron a Jerusalén (Evangelio según San Mateo 2, 1)

  • Herodes y toda Jerusalén quedaron muy alborotados al oír esto. (Evangelio según San Mateo 2, 3)

  • Venían a verlo de Jerusalén, de toda la Judea y de la región del Jordán. (Evangelio según San Mateo 3, 5)

  • Empezaron a seguir a Jesús muchedumbres: gente de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y del otro lado del Jordán. (Evangelio según San Mateo 4, 25)

  • ni por la tierra, que es la tarima de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del Gran Rey. (Evangelio según San Mateo 5, 35)

  • Unos fariseos y maestros de la Ley habían venido de Jerusalén. Se acercaron a Jesús (Evangelio según San Mateo 15, 1)

  • A partir de ese día, Jesucristo comenzó a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y que las autoridades judías, los sumos sacerdotes y los maestros de la Ley lo iban a hacer sufrir mucho. Que incluso debía ser muerto y que resucitaría al tercer día. (Evangelio según San Mateo 16, 21)

  • Mientras iban subiendo a Jerusalén, Jesús tomó aparte a los Doce y les dijo por el camino: (Evangelio según San Mateo 20, 17)

  • «Ya estamos subiendo a Jerusalén; el Hijo del Hombre va a ser entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la Ley, que lo condenarán a muerte. (Evangelio según San Mateo 20, 18)

  • Estaban ya cerca de Jerusalén. Cuando llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos, (Evangelio según San Mateo 21, 1)

  • Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se alborotó y preguntaban: «¿Quién es éste?» (Evangelio según San Mateo 21, 10)

  • ¡Jerusalén, Jerusalén! ¡Qué bien matas a los profetas y apedreas a los que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, y tú no has querido! (Evangelio según San Mateo 23, 37)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina