Znaleziono 1449 Wyniki dla: Moisés y faraón de Egipto

  • Ya se iba acercando el tiempo de la promesa que Dios había hecho a Abrahán; el pueblo creció y se multiplicó en Egipto, (Hecho de los Apóstoles 7, 17)

  • hasta que llegó otro rey a Egipto que no había conocido a José. (Hecho de los Apóstoles 7, 18)

  • Fue en ese tiempo cuando nació Moisés, al que Dios amaba. Durante tres meses fue criado en la casa de su padre, (Hecho de los Apóstoles 7, 20)

  • y cuando tuvieron que abandonarlo, la hija de Faraón lo recogió y lo crió como hijo suyo. (Hecho de los Apóstoles 7, 21)

  • Así Moisés fue educado en toda la sabiduría de los egipcios, (Hecho de los Apóstoles 7, 22)

  • ¿Comprenderían sus hermanos que Dios lo enviaba a ellos como un libertador? Moisés lo creía, pero ellos no lo entendieron. (Hecho de los Apóstoles 7, 25)

  • Al oír esto Moisés huyó y fue a vivir en la tierra de Madián, donde tuvo dos hijos. (Hecho de los Apóstoles 7, 29)

  • Moisés quedó perplejo ante esta visión y, al acercarse para mirar, oyó la voz del Señor: (Hecho de los Apóstoles 7, 31)

  • «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob.» Moisés sintió tanto miedo que no se atrevía ni a mirar. (Hecho de los Apóstoles 7, 32)

  • He visto cómo maltratan a mi pueblo en Egipto, he oído su llanto y he bajado para liberarlo. Y ahora ven, que te voy a enviar a Egipto.» (Hecho de los Apóstoles 7, 34)

  • A este Moisés, al que rechazaron diciendo: "¿Quién te nombró jefe y juez?", Dios lo envió como jefe y libertador, con la asistencia del ángel que se le apareció en la zarza. (Hecho de los Apóstoles 7, 35)

  • Y los hizo salir de aquel país, realizando prodigios y señales en Egipto, en el mar Rojo y en el desierto durante cuarenta años. (Hecho de los Apóstoles 7, 36)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina