Znaleziono 441 Wyniki dla: Sem
El pórtico, el vestíbulo y las ventanas en derredor eran semejantes, el ancho del pórtico era de cincuenta codos y su profundidad, de veinticinco. (Ezequiel 40, 25)
Una sala desembocaba en el vestíbulo de la puerta; allí se lavaban las víctimas para el holocausto. (Ezequiel 40, 38)
y de repente llegó del Oriente la Gloria del Dios de Israel con un ruido semejante a los grandes torrentes; la tierra se iluminó con su Gloria. (Ezequiel 43, 2)
Esa visión era semejante a la que había tenido cuando Yavé llegó para destruir la ciudad; también era parecida a la visión que había tenido a orillas del río Quebar; me tiré de bruces al suelo. (Ezequiel 43, 3)
Me dijo: "Esa agua corre hacia la región este, desciende hacia la Arabá y desemboca en el mar Muerto para que sus aguas queden sanas. (Ezequiel 47, 8)
El rey y sus nobles hicieron tanta bulla que la reina lo supo. Entró, pues, a la sala del banquete y dijo: «Viva el rey para siempre. Que tus pensamientos no te turben ni cambie tu semblante de color. (Daniel 5, 10)
En tu reino hay un hombre en quien reside el espíritu de los dioses santos. Ya en tiempos de tu padre se comprobó que tenía intuición, inteligencia y una sabiduría semejante a la de los dioses; por eso tu padre, el rey Nabucodonosor, lo nombró jefe de los magos, adivinos y astrólogos, poniéndole por sobrenombre Beltsasar (Daniel 5, 11)
El segundo era una bestia semejante a un oso; iba levantada de un lado y tenía tres costillas entre los dientes. Se le decía: «Anda y devora mucha carne.» (Daniel 7, 5)
Señor, escucha; Señor, perdona; Señor, atiende. Obra, Dios mío, no tardes más, por amor de ti mismo, ya que tu Nombre ha sido invocado sobre tu ciudad y tu pueblo LLa profecía de las setenta semanas de año (Daniel 9, 19)
Setenta semanas están fijadas sobre tu pueblo y sobre tu ciudad santa para poner fin a la perversidad, para terminar con el pecado, para borrar la ofensa, para instaurar una justicia eterna, para que se cumplan visiones y profecías y sea ungido el Santísimo (Daniel 9, 24)
Compréndelo bien: Desde que fue dada la orden de reedificar Jerusalén hasta un jefe ungido, son siete semanas. Luego, en sesenta y dos semanas, plazas y muros serán reconstruidos, pero en tiempos difíciles (Daniel 9, 25)
Después de las sesenta y dos semanas será muerto un ungido, sin que se encuentre culpa en él; y la ciudad y el templo serán destruidos por el pueblo de un rey que vendrá. Y terminará como sumergida. Hasta el fin habrá guerras y los desastres que Dios ha previsto. (Daniel 9, 26)