Znaleziono 2148 Wyniki dla: Ven

  • No abandonen las asambleas, como algunos acostumbran hacer, sino más bien anímense unos a otros, tanto más cuanto ven que se acerca el día. (Carta a los Hebreos 10, 25)

  • Conocemos al que dijo: A mí me corresponde la venganza, daré a cada cual su merecido. Y también: El Señor juzgará a su pueblo. (Carta a los Hebreos 10, 30)

  • Acuérdense: dentro de poco, muy poquito tiempo, el que ha de venir llegará; no tardará. (Carta a los Hebreos 10, 37)

  • Por la fe también Isaac dio a Jacob y a Esaú las bendiciones que decidían el porvenir. (Carta a los Hebreos 11, 20)

  • Innumerables son estos testigos, y nos envuelven como una nube. Depongamos, pues, toda carga inútil, y en especial las amarras del pecado, para correr hasta el final la prueba que nos espera. (Carta a los Hebreos 12, 1)

  • Las palabras esta última vez indican que serán cambiadas las cosas que pueden ser conmovidas, es decir, las creadas, y sólo permanecerán las que no se conmueven. (Carta a los Hebreos 12, 27)

  • Nosotros tenemos una mesa sagrada en la cual no pueden sentarse los que todavía sirven en el Templo. (Carta a los Hebreos 13, 10)

  • Obedezcan a sus dirigentes y estén sumisos, pues ellos se desvelan por sus almas, de las cuales deberán rendir cuenta. Ojalá esto sea para ellos motivo de alegría y no un peso, pues no les traería a ustedes ventaja de ninguna clase. (Carta a los Hebreos 13, 17)

  • Pero nadie ha sido capaz de dominar la lengua. Es un azote que no se puede detener, un derrame de veneno mortal. (Carta de Santiago 3, 8)

  • Ahora les toca a los ricos: lloren y laméntense porque les han venido encima desgracias. (Carta de Santiago 5, 1)

  • Tengan paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Miren cómo el sembrador cosecha los preciosos productos de la tierra, que ha aguardado desde las primeras lluvias hasta las tardías. (Carta de Santiago 5, 7)

  • Sean también ustedes pacientes y no se desanimen, porque la venida del Señor está cerca. (Carta de Santiago 5, 8)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina