Znaleziono 259 Wyniki dla: comer maná

  • ¡ustedes llegarán a comer la carne de sus hijos e hijas! (Levítico 26, 29)

  • El montón de gente extraña que se encontraba en medio de los Israelitas sólo pensaba en comer, y hasta los mismos israelitas se pusieron a quejarse. Decían: "¿Quién nos dará carne para comer?" (Números 11, 4)

  • Ahora tenemos la gargante seca, y no hay nada, absolutamente nada más que ese maná en el horizonte! (Números 11, 6)

  • El maná era como la semilla del cilantro, se parecía a un manojo de malvavisco. (Números 11, 7)

  • Por la noche, apenas caía el rocío sobre el campamento, caía también el maná. (Números 11, 9)

  • Dirás al pueblo: Santifíquense para mañana, comerán carne ya que vinieron a llorar a los oídos de Yavé. Pues ustedes dijeron: ¿Quién nos dará carne para comer? ¡Estábamos tan bien en Egipto! Yavé les dará carne y la comerán. (Números 11, 18)

  • Esto fue lo que contaron: "Entramos al país a donde nos enviaron. ¡Realmente es una tierra que mana leche y miel: ¡aquí están sus productos! (Números 13, 27)

  • Si Yavé nos favorece, nos llevará a ese país y nos dará esa tierra que mana leche y miel. (Números 14, 8)

  • ¿Piensas que nos trajiste a una tierra que mana leche y miel? ¡Si ni siquiera nos has dado campos ni viñas! ¿Crees que toda esa gente está ciega? ¡No iremos, pues!" Moisés se enojó mucho y dijo a Yavé: "No mires su ofrenda, no les he quitado nada, ni siquiera un burro, ni les he hecho daño a ninguno de ellos". (Números 16, 14)

  • Lo comerás en un lugar santísimo. Cualquier varón lo podrá comer; la considerarás como una cosa santa. (Números 18, 10)

  • Tuyo será también lo que se reserva de las ofrendas de los israelitas, de cualquier ofrenda mecida; te lo doy a ti, a tus hijos y a tus hijas como ley perpetua. Cualquiera que esté puro en tu casa, lo podrá comer. (Números 18, 11)

  • Te doy los primeros productos de la tierra que ellos lleven a Yavé. Cualquiera que esté puro en tu casa los podrá comer. (Números 18, 13)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina