Znaleziono 200 Wyniki dla: Altares de Incienso

  • ¿No ha sido el mismo Ezequías el que eliminó sus lugares altos y sus altares, diciendo a Judá y a Jerusalén: ‘Sólo ante un altar se postrarán y sobre él quemarán incienso’? (II Crónicas 32, 12)

  • Reedificó los lugares altos que había derribado su padre Ezequías; erigió altares a los Baales, hizo postes sagrados, y se postró delante de todo el Ejército de los cielos y lo sirvió. (II Crónicas 33, 3)

  • Edificó altares en la Casa del Señor, de la que el mismo Señor había dicho: "En Jerusalén estará mi Nombre para siempre". (II Crónicas 33, 4)

  • Edificó altares a todo el Ejército de los cielos en los dos atrios de la Casa del Señor. (II Crónicas 33, 5)

  • Luego retiró de la Casa del Señor los dioses extranjeros y el Ídolo. Hizo lo mismo con todos los altares que él mismo había erigido en la montaña de la Casa del Señor y en Jerusalén, arrojándolos fuera de la ciudad. (II Crónicas 33, 15)

  • Fueron derribados en su presencia los altares de los Baales, e hizo pedazos los incensarios que había encima de ellos; destrozó los postes sagrados y los ídolos esculpidos o de metal fundido, los redujo a polvo, y lo esparció sobre las tumbas de los que les habían ofrecido sacrificios. (II Crónicas 34, 4)

  • Quemó los huesos de los sacerdotes sobre sus altares, y así purificó a Jerusalén y a Judá. (II Crónicas 34, 5)

  • derribó los altares, destruyó los postes sagrados y los ídolos hasta reducirlos a polvo, y destrozó todos los incensarios en todo el país de Israel. Luego regresó a Jerusalén. (II Crónicas 34, 7)

  • Porque me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses, provocando mi indignación con todas las obras de sus manos, mi furor se derramará sobre este lugar, y no se extinguirá. (II Crónicas 34, 25)

  • había acondicionado para este una habitación amplia, donde antes se depositaban las ofrendas, el incienso, los utensilios, el diezmo del trigo, del vino nuevo y del aceite fresco, o sea, lo que estaba mandado para los levitas, los cantores y los porteros, y lo reservado para los sacerdotes. (Nehemías 13, 5)

  • Luego mandé purificar las habitaciones e hice poner de nuevo allí los utensilios de la Casa de Dios, las ofrendas y el incienso. (Nehemías 13, 9)

  • Entonces Judit se postró en tierra, esparció ceniza sobre su cabeza, puso al descubierto el sayal con que estaba ceñida e imploró al Señor en alta voz. Era la hora en que se ofrecía en Jerusalén, en el Templo de Dios, el incienso de la tarde. Judit dijo: (Judit 9, 1)


“Não se fixe voluntariamente naquilo que o inimigo da alma lhe apresenta.” São Padre Pio de Pietrelcina