Znaleziono 409 Wyniki dla: Siete Cabezas
Como para una joven que le gusta adornarse, esa gente toma oro y fabrica coronas para las cabezas de sus dioses. (Baruc 6, 8)
Sobre las cabezas de los seres vivientes, había una especie de plataforma reluciente como el cristal, que infundía temor y se extendía por encima de sus cabezas. (Ezequiel 1, 22)
Y se produjo un estruendo sobre la plataforma que estaba sobre sus cabezas. (Ezequiel 1, 25)
Encima de la plataforma que estaba sobre sus cabezas, había algo así como una piedra de zafiro, con figura de trono; y encima de esa especie de trono, en lo más alto, una figura con aspecto de hombre. (Ezequiel 1, 26)
Así llegué a Tel Aviv, junto a los deportados, que habitaban a orillas del río Quebar; y allí permanecí siete días como aturdido en medio de ellos. (Ezequiel 3, 15)
Al cabo de siete días, la palabra del Señor me llegó en estos términos: (Ezequiel 3, 16)
Se vestirán de sayal y los invadirá el pánico; habrá confusión en todos los rostros y todas las cabezas serán rapadas. (Ezequiel 7, 18)
En cuanto a aquellos cuyo corazón va detrás de sus ídolos y de sus abominaciones, yo haré recaer sobre sus cabezas su mala conducta -oráculo del Señor-. (Ezequiel 11, 21)
Dirás: Así habla el Señor: ¡Ay de aquellas que tejen ligaduras mágicas para atar las manos, y preparan velos para las cabezas de gente de todas las edades, a fin de atrapar vidas humanas! ¡Ustedes pretenden atrapar la vida de la gente de mi pueblo y preservar la suya propia! (Ezequiel 13, 18)
Entonces derramé mi furia contra ellos, los exterminé con el fuego de mi furor e hice recaer sobre sus cabezas su mala conducta -oráculo del Señor-. (Ezequiel 22, 31)
Allí se escuchaba el ruido de una multitud despreocupada. A ellos se sumaba una cantidad de hombres, venidos de todas partes del desierto. Ellos pusieron pulseras en los brazos de las mujeres y espléndidas coronas en sus cabezas. (Ezequiel 23, 42)
Hijo de hombre, Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha exigido de su ejército un gran esfuerzo contra Tiro. Todas las cabezas han quedado rapadas y todas las espaldas llagadas, pero él no ha logrado de Tiro, ni para sí ni para su ejército, ninguna recompensa por el esfuerzo realizado. (Ezequiel 29, 18)