Znaleziono 969 Wyniki dla: batalla de jerusalén

  • Así la Palabra de Dios se extendía cada vez más, el número de discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén y muchos sacerdotes abrazaban la fe. (Hechos 6, 7)

  • Saulo aprobó la muerte de Esteban. Ese mismo día, se desencadenó una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, excepto los Apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría. (Hechos 8, 1)

  • Cuando los Apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que los samaritanos habían recibido la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. (Hechos 8, 14)

  • Y los Apóstoles, después de haber dado testimonio y predicado la Palabra del Señor, mientras regresaban a Jerusalén, anunciaron la Buena Noticia a numerosas aldeas samaritanas. (Hechos 8, 25)

  • El Ángel del Señor dijo a Felipe: «Levántate y ve hacia el sur, por el camino que baja de Jerusalén a Gaza: es un camino desierto». (Hechos 8, 26)

  • Él se levantó y partió. Un eunuco etíope, ministro del tesoro y alto funcionario de Candace, la reina de Etiopía, había ido en peregrinación a Jerusalén (Hechos 8, 27)

  • y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de traer encadenados a Jerusalén a los seguidores del Camino del Señor que encontrara, hombres o mujeres. (Hechos 9, 2)

  • Ananías respondió: «Señor, oí decir a muchos que este hombre hizo un gran daño a tus santos en Jerusalén. (Hechos 9, 13)

  • Todos los que lo oían quedaban sorprendidos y decían: «¿No es este aquel mismo que perseguía en Jerusalén a los que invocan este Nombre, y que vino aquí para llevarlos presos ante los jefes de los sacerdotes?». (Hechos 9, 21)

  • Cuando llegó a Jerusalén, trató de unirse a los discípulos, pero todos le tenían desconfianza porque no creían que también él fuera un verdadero discípulo. (Hechos 9, 26)

  • Desde ese momento, empezó a convivir con los discípulos en Jerusalén y predicaba decididamente en el nombre del Señor. (Hechos 9, 28)

  • Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. Y ellos lo mataron, suspendiéndolo de un patíbulo. (Hechos 10, 39)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina