Znaleziono 91 Wyniki dla: cabo
Al cabo de muchos años, cuando Dios así lo dispuso, Nehemías, enviado por el rey de Persia, mandó a los descendientes de aquellos sacerdotes que habían ocultado el fuego que fueran a buscarlo. (II Macabeos 1, 20)
Al cabo de tres años, Judas y sus hombres recibieron la noticia de que Demetrio, el hijo de Seleuco, había atracado en el puerto de Trípoli con un poderoso ejército y una flota, (II Macabeos 14, 1)
Por falta de deliberación, fracasan los planes, con muchos consejeros, se llevan a cabo. (Proverbios 15, 22)
Lleven a cabo su obra antes del tiempo fijado, y él les dará la recompensa a su debido tiempo. Sabiduría de Jesús, hijo de Sirá.La Sabiduría, don del Señor (Eclesiástico 51, 30)
Aquel día, Tiro será olvidada durante setenta años, que es la duración de la vida de un rey. Al cabo de setenta años, a Tiro le sucederá como en la canción de la prostituta: (Isaías 23, 15)
Al cabo de setenta años, el Señor visitará a Tiro. Ella volverá a su antiguo comercio, y se prostituirá con todos los reinos de la tierra, sobre la superficie del suelo. (Isaías 23, 17)
¿No lo has oído? Hace mucho tiempo que lo he preparado: lo he planeado desde los tiempos antiguos y ahora lo llevo a cabo. Así, tú has reducido a un montón de ruinas las ciudades fortificadas. (Isaías 37, 26)
Suban a sus terrazas y destruyan, pero no lleven a cabo el exterminio. Arranquen sus sarmientos, ya que no pertenecen al Señor. (Jeremías 5, 10)
Al cabo de muchos días, el Señor me dijo: "Ve enseguida a Perat y recoge la faja que yo te mandé esconder allí". (Jeremías 13, 6)
"Al cabo de cada siete años, cada uno de ustedes dejará libre a su hermano, al hebreo que se haya vendido a ti: él te servirá seis años, y después lo dejarás en libertad". Pero sus padres no escucharon ni inclinaron sus oídos. (Jeremías 34, 14)
Al cabo de diez días, la palabra del Señor llegó a Jeremías. (Jeremías 42, 7)
Por el contrario, llevaremos a cabo la promesa que ha salido de nuestra boca: quemaremos incienso a la Reina de los cielos y le haremos libaciones, como lo hacíamos nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Entonces nos saciábamos de pan, éramos felices y no veíamos la desgracia. (Jeremías 44, 17)