Znaleziono 432 Wyniki dla: esau y jacob

  • ¿Acaso ese día -oráculo del Señor- no haré desaparecer a los sabios de Edóm y la inteligencia de la montaña de Esaú? (Abdías 1, 8)

  • Tus valientes tendrán miedo, Temán, a fin de que todo hombre sea extirpado de la montaña de Esaú. Por la masacre, (Abdías 1, 9)

  • por la violencia contra tu hermano Jacob, la vergüenza te cubrirá y tú serás extirpado para siempre. (Abdías 1, 10)

  • Pero sobre la montaña de Sión habrá refugiados -ese será un lugar santo- y la casa de Jacob reconquistará sus posesiones. (Abdías 1, 17)

  • ¡La casa de Jacob será un fuego, la casa de José, una llama y la casa de Esaú, la paja! La abrasarán y la consumirán, y no habrá sobrevivientes en la casa de Esaú, porque ha hablado el Señor. (Abdías 1, 18)

  • Los del Négueb poseerán la montaña de Esaú y la Sefelá, el país de los filisteos; ellos poseerán el territorio de Efraím y el territorio de Samaría, y Benjamín ocupará Galaad. (Abdías 1, 19)

  • Ellos subirán victoriosos a la montaña de Sión, para juzgar a la montaña de Esaú. ¡Y al Señor pertenecerá la realeza! (Abdías 1, 21)

  • Todo esto, por la rebeldía de Jacob, por el pecado de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebeldía de Jacob? ¿No es acaso Samaría? ¿Y cuál es el pecado de Judá? ¿No es acaso Jerusalén? (Miqueas 1, 5)

  • ¿Acaso ha sido maldecida la casa de Jacob? ¿Se ha agotado la paciencia del Señor? ¿Es esa su manera de obrar? ¿No habla con benevolencia al que camina con rectitud?". (Miqueas 2, 7)

  • Sí, yo voy a reunir a todo Jacob, voy a congregar al resto de Israel; los juntaré como a ovejas en un corral, como a un rebaño en medio de su pastizal: ¡será una ruidosa multitud de hombres! (Miqueas 2, 12)

  • Después dije: ¡Escuchen, jefes de Jacob y magistrados de la casa de Israel! ¿No les corresponde a ustedes conocer el derecho, (Miqueas 3, 1)

  • Yo, en cambio, gracias al espíritu del Señor, estoy lleno de fuerza, de justicia y de coraje, para denunciar su rebeldía a Jacob y su pecado a Israel. (Miqueas 3, 8)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina