Znaleziono 95 Wyniki dla: llena
tú, que estás llena de bullicio, ciudad tumultuosa, ciudad alegre? Tus víctimas no son víctimas de la espada ni muertos en el combate. (Isaías 22, 2)
El Señor es sublime porque habita en las alturas: él llena a Sión con el derecho y la justicia, (Isaías 33, 5)
La espada del Señor está llena de sangre, impregnada de grasa, de la sangre de corderos y chivos, de la grasa de riñones de carneros. Porque el Señor tiene un sacrificio en Bosrá, una gran matanza en el país de Edóm. (Isaías 34, 6)
Como una jaula llena de pájaros, así están sus casas llenas de engaño. Por eso se hacen poderosos y ricos, (Jeremías 5, 27)
Las naciones han conocido tu ignominia, la tierra está llena de tus gritos, porque un valiente tropieza contra el otro y caen los dos juntos. (Jeremías 46, 12)
Pero me pongo a pensar en algo y esto me llena de esperanza: (Lamentaciones 3, 21)
sino que es el alma llena de aflicción, y son los que caminan encorvados y sin fuerzas, los ojos debilitados y el alma hambrienta los que te tributan, Señor, gloria y justicia. (Baruc 2, 18)
Después me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre y llena tus entrañas con este libro que yo te doy. Yo lo comí y era en mi boca dulce como la miel. (Ezequiel 3, 3)
Llevarán a cabo una matanza, porque el país está lleno de juicios por homicidio y la ciudad llena de violencia. (Ezequiel 7, 23)
El Señor dijo al hombre vestido de lino: "Entra en medio del círculo, debajo del querubín, llena tus manos con las brasas incandescentes que están entre los querubines, y espárcelas sobre la ciudad". Y el hombre entró allí, ante mis propios ojos. (Ezequiel 10, 2)
Y cuando convierta a Egipto en una desolación y el país sea despojado de todo lo que lo llena, cuando hiera a todos los que lo habitan, se sabrá que yo soy el Señor. (Ezequiel 32, 15)
Por eso, así habla el Señor: Sí, en el ardor de mis celos, yo hablo contra el resto de las naciones y contra todo Edóm, que con el corazón desbordante de alegría y el alma llena de desprecio, se han atribuido la posesión de mi país, para destruirlo y saquearlo. (Ezequiel 36, 5)