Znaleziono 141 Wyniki dla: maldad

  • para proclamar qué justo es el Señor, mi Roca, en quien no existe la maldad. (Salmos 92, 16)

  • El Señor los libró muchas veces, pero ellos se obstinaron en su actitud, y se hundieron más y más en su maldad. (Salmos 106, 43)

  • transformó el suelo fértil en una salina, por la maldad de sus habitantes. (Salmos 107, 34)

  • Afirma mis pasos conforme a tu palabra, para que no me domine la maldad. (Salmos 119, 133)

  • No permanecerá el cetro de los malvados sobre la herencia de los justos; no sea que también los justos inclinen sus manos a la maldad. (Salmos 125, 3)

  • no dejes que mi corazón se incline a la maldad, o a cometer delitos con hombres perversos. ¡No, nunca gustaré de sus manjares! (Salmos 141, 4)

  • Luego se acordó de la maldad de los descendientes de Beán, que eran una trampa y un obstáculo para el pueblo por las emboscadas que le tendían en los caminos. (I Macabeos 5, 4)

  • Así también, destruye hoy ante nosotros a este ejército, para que los demás reconozcan que su jefe blasfemó contra tu Santuario, y júzgalo conforme a su maldad". (I Macabeos 7, 42)

  • Entonces Onías, considerando que aquella rivalidad era peligrosa y que Apolonio, hijo de Menesteo, gobernador de Celesiria y de Fenicia, fomentaba la maldad de Simón, (II Macabeos 4, 4)

  • Por eso algunos tirios, indignados por aquella maldad, se encargaron de darles una espléndida sepultura. (II Macabeos 4, 49)

  • Mientras tanto, Menelao se mantenía en el poder, gracias a la avaricia de aquellos gobernantes. Su maldad crecía cada vez más, convirtiéndolo en el principal adversario de sus compatriotas. (II Macabeos 4, 50)

  • en el monte Garizím, dejó a Andrónico, y además de estos, a Menelao, que superaba a todos los otros en maldad, por el odio que tenía a sus compatriotas judíos. (II Macabeos 5, 23)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina