Znaleziono 1380 Wyniki dla: medio hermanos

  • Entonces Israel dijo a José: "Tus hermanos están con el rebaño en Siquém. Quiero que vayas a verlos". "Está bien", respondió él. (Génesis 37, 13)

  • Su padre añadió: "Ve a ver cómo les va a tus hermanos y al rebaño, y tráeme noticias". Y lo envió desde el valle de Hebrón. Cuando José llegó a Siquém, (Génesis 37, 14)

  • Él le respondió: "Busco a mis hermanos. ¿Puedes decirme dónde están apacentando el rebaño?". (Génesis 37, 16)

  • "Se han ido de aquí, repuso el hombre, porque les oí decir: ‘Vamos a Dotán’". José fue entonces en busca de sus hermanos, y los encontró en Dotán. (Génesis 37, 17)

  • Apenas José llegó al lugar donde estaban sus hermanos, estos lo despojaron de su túnica -la túnica de mangas largas que llevaba puesta-, (Génesis 37, 23)

  • Entonces Judá dijo a sus hermanos: "¿Qué ganamos asesinando a nuestro hermano y ocultando su sangre? (Génesis 37, 26)

  • En lugar de atentar contra su vida, vendámoslo a los ismaelitas, porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne". Y sus hermanos estuvieron de acuerdo. (Génesis 37, 27)

  • y regresando a donde estaban sus hermanos, dijo: "El muchacho ha desaparecido. ¿Dónde iré yo ahora?". (Génesis 37, 30)

  • Por aquel tiempo, Judá se alejó de sus hermanos y entró en amistad con un hombre de Adulám llamado Jirá. (Génesis 38, 1)

  • Entonces Judá dijo a su nuera Tamar: "Vive como una viuda en la casa de tu padre, hasta que crezca mi hijo Selá", porque temía que este corriera la misma suerte que sus hermanos. Por eso Tamar se fue a vivir a la casa de su padre. (Génesis 38, 11)

  • Cuando Judá le envió el chivito por medio de su amigo, el adulamita, para rescatar la prenda que había quedado en manos de la mujer, este no pudo encontrarla. (Génesis 38, 20)

  • Efectivamente, al tercer día se festejaba el cumpleaños del Faraón, y este agasajó con un banquete a todos sus servidores. Entonces reconsideró las causas del copero mayor y del panadero mayor en medio de sus servidores, (Génesis 40, 20)


“Devo fazer somente a vontade de Deus e, se lhe agrado, o restante não conta.” São Padre Pio de Pietrelcina