Znaleziono 1266 Wyniki dla: muerte de Moisés
Moisés fue fiel en toda su casa, en calidad de servidor, para dar testimonio de lo que debía anunciarse, (Hebreos 3, 5)
¿quiénes son los que se rebelaron después de haberlo escuchado? ¿No son todos aquellos que salieron de Egipto conducidos por Moisés? (Hebreos 3, 16)
Él dirigió durante su vida terrena súplicas y plegarias, con fuertes gritos y lágrimas, a aquel que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su humilde sumisión. (Hebreos 5, 7)
Por eso, dejando a un lado la enseñanza elemental sobre Cristo, vayamos a lo más perfecto, sin volver otra vez sobre las verdades fundamentales, como el arrepentimiento por las obras que llevan a la muerte y la fe en Dios, (Hebreos 6, 1)
Porque es sabido que nuestro Señor desciende de Judá, y de esa tribu nunca habló Moisés al referirse a los sacerdotes. (Hebreos 7, 14)
Los otros sacerdotes tuvieron que ser muchos, porque la muerte les impedía permanecer; (Hebreos 7, 23)
Pero el culto que ellos celebran es una imagen y una sombra de las realidades celestiales, como Dios advirtió a Moisés cuando este iba a construir la Morada, diciéndole: Tienes que hacerlo todo conforme al modelo que te fue mostrado en la montaña. (Hebreos 8, 5)
¡cuánto más la sangre de Cristo, que por obra del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para permitirnos tributar culto al Dios viviente! (Hebreos 9, 14)
mientras este vive, el testamento no vale, y sólo a su muerte entra en vigor. (Hebreos 9, 17)
Efectivamente, cuando Moisés promulgó delante de todo el pueblo cada uno de los mandamientos escritos en la Ley, tomó la sangre de novillos y chivos -junto con el agua, la lana escarlata y el hisopo- y roció el Libro y también a todo el pueblo, (Hebreos 9, 19)
El que viola la Ley de Moisés, es condenado a muerte irremisiblemente por el testimonio de dos o tres testigos. (Hebreos 10, 28)
Por la fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio superior al de Caín, y por eso fue reconocido como justo, y así lo atestiguó el mismo Diosal aceptar sus dones. Y por esa misma fe, él continúa hablando, aún después de su muerte. (Hebreos 11, 4)