Znaleziono 1069 Wyniki dla: nacimiento de Jesús

  • Entonces Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido. (Mateo 11, 20)

  • En aquel tiempo, Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. (Mateo 11, 25)

  • En aquel tiempo, Jesús atravesaba unos sembrados y era un día sábado. Como sus discípulos sintieron hambre, comenzaron a arrancar y a comer las espigas. (Mateo 12, 1)

  • De allí, Jesús fue a la sinagoga de los fariseos, (Mateo 12, 9)

  • Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Muchos lo siguieron, y los curó a todos. (Mateo 12, 15)

  • Entonces, le llevaron a un endemoniado ciego y mudo, y Jesús lo curó, devolviéndole el habla y la vista. (Mateo 12, 22)

  • Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Un reino donde hay luchas internas va a la ruina; y una ciudad o una familia dividida no puede subsistir. (Mateo 12, 25)

  • Jesús le respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». (Mateo 12, 48)

  • Aquel día, Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar. (Mateo 13, 1)

  • Todo esto lo decía Jesús a la muchedumbre por medio de parábolas, y no les hablaba sin parábolas, (Mateo 13, 34)

  • Entonces, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: «Explícanos la parábola de la cizaña en el campo». (Mateo 13, 36)

  • Cuando Jesús terminó estas parábolas se alejó de allí (Mateo 13, 53)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina