Znaleziono 19 Wyniki dla: pidiendo

  • Y cuando me oyó gritar pidiendo auxilio, dejó su manto a mi lado y se escapó". (Génesis 39, 15)

  • Pero cuando yo grité pidiendo auxilio, él dejó su manto a mi lado y se escapó". (Génesis 39, 18)

  • Pero en mi angustia invoqué al Señor, grité a mi Dios pidiendo auxilio, y él escuchó mi voz desde su Templo, mi grito llegó hasta sus oídos. (II Samuel 22, 7)

  • No, no dejé que mi boca pecara, pidiendo su muerte con una imprecación. (Job 31, 30)

  • Pero en mi angustia invoqué al Señor, grité a mi Dios pidiendo auxilio, y él escuchó mi voz desde su Templo, mi grito llegó hasta sus oídos. (Salmos 18, 7)

  • tentaron a Dios en sus corazones, pidiendo comida a su antojo. (Salmos 78, 18)

  • y los cachorros rugen por la presa, pidiendo a Dios su alimento. (Salmos 104, 21)

  • Que sus hijos vayan errantes, pidiendo limosna, y sean echados de sus casas derruidas; (Salmos 109, 10)

  • Los habitantes de la ciudad, con sus mujeres y sus niños, subieron a la muralla, rasgándose las vestiduras y pidiendo a gritos a Simón que les concediera la paz. (I Macabeos 13, 45)

  • Pero él, tomando una noble resolución, digna de su edad, del prestigio de su vejez, de sus venerables canas, de la vida ejemplar que había llevado desde su infancia y, sobre todo, de la santa legislación establecida por Dios, se mostró consecuente consigo mismo, pidiendo que lo enviaran de inmediato a la morada de los muertos. (II Macabeos 6, 23)

  • Después organizaron rogativas, pidiendo al Señor misericordioso que se reconciliara definitivamente con sus servidores. (II Macabeos 8, 29)

  • e hicieron rogativas pidiendo que el pecado cometido quedara completamente borrado. El noble Judas exhortó a la multitud a que se abstuvieran del pecado, ya que ellos habían visto con sus propios ojos lo que había sucedido a los caídos en el combate a causa de su pecado. (II Macabeos 12, 42)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina