Znaleziono 802 Wyniki dla: respondió

  • El capataz le respondió: "Es una joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab. (Rut 2, 6)

  • Booz le respondió: "Me han contado muy bien todo lo que hiciste por tu suegra después que murió tu marido, y cómo has dejado a tu padre, a tu madre y tu tierra natal, para venir a un pueblo desconocido. (Rut 2, 11)

  • Noemí le respondió: "Es conveniente, hija mía, que vayas con las servidoras de ese hombre; así nadie te molestará en otro campo". (Rut 2, 22)

  • Ella le respondió: "Haré todo lo que me has dicho". (Rut 3, 5)

  • "Y tú, ¿quién eres?", le preguntó. "Soy Rut, tu servidora, respondió ella; extiende tu manta sobre tu servidora, porque a ti te toca responder por mí". (Rut 3, 9)

  • Noemí respondió: "Quédate tranquila, hija mía, hasta que veas cómo se resuelve todo esto. Seguramente este hombre no descansará hasta arreglar hoy mismo este asunto". (Rut 3, 18)

  • Me ha parecido bien informarte de esto y sugerirte que la compres en presencia de los que están aquí sentados y de los ancianos de mi pueblo. Si tú quieres ejercer tu derecho de rescate, puedes hacerlo; de lo contrario, dímelo para que yo lo sepa. Tú eres el primero que puede ejercer ese derecho, y después vengo yo". El hombre le respondió: "Está bien, lo haré". (Rut 4, 4)

  • Él respondió: "En esas condiciones yo no puedo comprar, porque perjudicaría a mis herederos. Ejerce tú mi derecho, porque yo no puedo hacerlo". (Rut 4, 6)

  • Ana respondió: "No, mi señor; yo soy una mujer que sufre mucho. No he bebido vino ni nada que pueda embriagar; sólo me estaba desahogando delante del Señor. (I Samuel 1, 15)

  • "Vete en paz, le respondió Elí, y que el Dios de Israel te conceda lo que tanto le has pedido". (I Samuel 1, 17)

  • El Señor llamó a Samuel, y él respondió: "Aquí estoy". (I Samuel 3, 4)

  • El Señor llamó a Samuel una vez más. Él se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo: "Aquí estoy, porque me has llamado". Elí le respondió: "Yo no te llamé, hijo mío; vuelve a acostarte". (I Samuel 3, 6)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina