Znaleziono 37 Wyniki dla: seguridad

  • Porque tú, Señor, eres mi esperanza y mi seguridad desde mi juventud. (Salmos 71, 5)

  • ¡Haya paz en tus muros y seguridad en tus palacios!". (Salmos 122, 7)

  • Simón puso en ella soldados judíos, la fortificó para seguridad del país y de la ciudad, y elevó los muros de Jerusalén. (I Macabeos 14, 37)

  • Mientras ellos rogaban al Señor todopoderoso que guardara intactos los bienes depositados, dando plena seguridad a sus dueños, (II Macabeos 3, 22)

  • Apolonio, hijo de Menesteo, fue enviado a Egipto con motivo de la entronización del rey Filométor. Cuando Antíoco supo que aquel se había convertido en su adversario político, se preocupó por su propia seguridad. Por eso, al pasar por Jope, se desvió hacia Jerusalén. (II Macabeos 4, 21)

  • En cuanto a mí, que estoy postrado sin fuerzas en mi lecho, conservo un afectuoso recuerdo de ustedes y de sus buenos sentimientos. Cuando regresaba de las regiones de Persia, contraje una penosa enfermedad, y he creído conveniente preocuparme por la seguridad de todos. (II Macabeos 9, 21)

  • De esa manera, armó a cada uno de ellos, no tanto con la seguridad que dan los escudos y las lanzas, cuanto con la confianza que infunden las palabras de aliento. Además les expuso un sueño totalmente fidedigno, que los alegró a todos. (II Macabeos 15, 11)

  • Porque el Señor será tu seguridad y preservará tu pie de la trampa. (Proverbios 3, 26)

  • cuanto menos se cuenta con esa seguridad interior, tanto más grave se considera ignorar la causa del tormento. (Sabiduría 17, 13)

  • Aquella noche fue dada a conocer de antemano a nuestros padres, para que, sabiendo con seguridad en qué juramentos habían creído, se sintieran reconfortados. (Sabiduría 18, 6)

  • La obra de la justicia será la paz, y el fruto de la justicia, la tranquilidad y la seguridad para siempre. (Isaías 32, 17)

  • él será la seguridad de tus días. La sabiduría y la ciencia son la riqueza salvadora; el temor del Señor, ese es su tesoro. (Isaías 33, 6)


“Vive-se de fé, não de sonhos.” São Padre Pio de Pietrelcina