Znaleziono 131 Wyniki dla: suerte
quedó humillado con el auxilio del Señor por los mismos que él despreciaba como los más viles. Despojado de sus lujosas vestiduras, solo y errante por los campos como un fugitivo, llegó a Antioquía con mucha más suerte que su ejército, que había sido destruido. (II Macabeos 8, 35)
Tal es la suerte del que obtiene ganancias injustas: le quitan la vida al que las posee. (Proverbios 1, 19)
el sabio tiene los ojos bien puestos, mientras que el necio camina en tinieblas. Pero yo sé también que a los dos les espera la misma suerte. (Eclesiastés 2, 14)
Y me dije a mí mismo: si la suerte del necio será también la mía, ¿para qué, entonces, me hice más sabio? Y pensé que también esto es vanidad. (Eclesiastés 2, 15)
Porque los hombres y los animales tienen todos la misma suerte: como mueren unos, mueren también los otros. Todos tienen el mismo aliento vital y el hombre no es superior a las bestias, porque todo es vanidad. (Eclesiastés 3, 19)
porque a todos les espera la misma suerte: al justo y al impío, al bueno y al malo, al puro y al impuro, al que ofrece sacrificios y al que no los ofrece; lo mismo le pasa al bueno y al pecador, al que jura y al que teme hacer un juramento. (Eclesiastés 9, 2)
Esto es lo malo en todo lo que sucede bajo el sol: como es igual la suerte de todos, el corazón de los hombres se llena de maldad, la locura está dentro de ellos mientras viven, y después, acaban entre los muertos. (Eclesiastés 9, 3)
Nos considera como algo viciado y se aparta de nuestros caminos como de las inmundicias. Él proclama dichosa la suerte final de los justos y se jacta de tener por padre a Dios. (Sabiduría 2, 16)
porque la mala fama heredará vergüenza y oprobio:esta es la suerte del pecador que habla con doblez. (Eclesiástico 6, 1)
No envidies la gloria del pecador, porque no sabes cuál será su suerte. (Eclesiástico 9, 11)
A veces se saca provecho de la adversidad, y otras veces, la suerte acaba en desgracia. (Eclesiástico 20, 9)
Toda maldad es pequeña comparada con la de la mujer: ¡que caiga sobre ella la suerte del pecador! (Eclesiástico 25, 19)