Znaleziono 30 Wyniki dla: Revistió

  • Revistió los muros de la Casa en el interior con planchas de cedro desde el suelo de la Casa hasta las vigas del techo; revistió de madera el interior y recubrió el suelo de la Casa con planchas de ciprés. (I Reyes 6, 15)

  • El Debir tenía veinte codos de largo, veinte codos de ancho y veinte codos de alto ; lo revistió de oro fino; y alzó un altar de cedro (I Reyes 6, 20)

  • delante del Debir y lo revistió de oro. (I Reyes 6, 21)

  • Revistió de oro también la Casa, absolutamente toda la Casa. (I Reyes 6, 22)

  • Revistió de oro los querubines. (I Reyes 6, 28)

  • los dos batientes eran de madera de acebuche; esculpió sobre ellos esculturas de querubines, palmas y capullos abiertos, y los revistió de oro, poniendo láminas de oro sobre los querubines y las palmeras. (I Reyes 6, 32)

  • Hizo el rey un gran trono de marfil y lo revistió de oro finísimo. (I Reyes 10, 18)

  • Entonces el espíritu revistió a Amasay, jefe de los Treinta: «¡A ti, David! ¡Contigo, hijo de Jesé! ¡Paz, paz a ti! ¡Y paz a los que te ayuden, pues tu Dios te ayuda a ti!» David los recibió y los puso entre los jefes de las tropas. (I Crónicas 12, 19)

  • Revistió la Sala Grande de madera de ciprés y la recubrió de oro fino, haciendo esculpir en ella palmas y cadenillas. (II Crónicas 3, 5)

  • Para adornar la Casa la revistió también de piedras preciosas; el oro era oro de Parvayim. (II Crónicas 3, 6)

  • Construyó también la sala del Santo de los Santos, cuya longitud, correspondiente al ancho de la Casa, era de veinte codos, y su anchura igualmente de veinte codos. Lo revistió de oro puro, que pesaba seiscientos talentos. (II Crónicas 3, 8)

  • En el interior de la sala del Santo de los Santos hizo dos querubines, de obra esculpida, que revistió de oro. (II Crónicas 3, 10)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina