Znaleziono 278 Wyniki dla: Salomón

  • Dio al rey 120 talentos de oro, gran cantidad de aromas y piedras preciosas. Nunca llegaron aromas en tanta abundancia como los que la reina de Sabá dio al rey Salomón. (I Reyes 10, 10)

  • El rey Salomón dio a la reina de Sabá todo cuanto ella quiso pedirle, aparte lo que Salomón le dio con magnificencia de un rey como Salomón. Ella se volvió y regreso a su país con sus servidores. (I Reyes 10, 13)

  • El peso del oro que llegaba a Salomón cada año era de 666 talentos de oro, (I Reyes 10, 14)

  • El rey Salomón hizo doscientos grandes escudos de oro batido, aplicando seiscientos siclos de oro batido en cada escudo, (I Reyes 10, 16)

  • Todas las copas de beber del rey Salomón eran de oro y toda la vajilla de la casa «Bosque del Líbano» era de oro fino; la plata no se estimaba en nada en tiempo del rey Salomón, (I Reyes 10, 21)

  • El rey Salomón sobrepujó a todos los reyes de la tierra en riqueza y sabiduría. (I Reyes 10, 23)

  • Todo el mundo quería ver el rostro de Salomón para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón. (I Reyes 10, 24)

  • Salomón reunió carros y caballos; tuvo 1.400 carros y 12.000 caballos que llevó a las ciudades de los carros y junto al rey en Jerusalén. (I Reyes 10, 26)

  • Los caballos de Salomón procedían de Musur y de Cilicia. Los mercaderes del rey los compraban en Cilicia por su precio en dinero. (I Reyes 10, 28)

  • El rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras, además de la hija de Faraón, moabitas, ammonitas, edomitas, sidonias, hititas, (I Reyes 11, 1)

  • de los pueblos de los que dijo Yahveh a los israelitas: «No os uniréis a ellas y ellas no se unirán a vosotros, pues de seguro arrastrarán vuestro corazón tras sus dioses», pero Salomón se apegó a ellas por amor; (I Reyes 11, 2)

  • En la ancianidad de Salomón sus mujeres inclinaron su corazón tras otros dioses, y su corazón no fue por entero de Yahveh su Dios, como el corazón de David su padre. (I Reyes 11, 4)


“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina