Znaleziono 90 Wyniki dla: Torrente

  • «Sal de aquí, dirígete hacia oriente y escóndete en el torrente de Kerit que está al este del Jordán. (I Reyes 17, 3)

  • Beberás del torrente y encargaré a los cuervos que te sustenten allí.» (I Reyes 17, 4)

  • Hizo según la palabra de Yahveh, y se fue a vivir en el torrente de Kerit que está al este del Jordán. (I Reyes 17, 5)

  • Los cuervos le llevaban pan por la mañana y carne por la tarde, y bebía del torrente. (I Reyes 17, 6)

  • Al cabo de los días se secó el torrente, porque no había lluvia en el país. (I Reyes 17, 7)

  • Elías les dijo: «Echad mano a los profetas de Baal, que no escape ninguno de ellos»; les echaron mano y Elías les hizo bajar al torrente de Quisón, y los degolló allí. (I Reyes 18, 40)

  • desde el Jordán al sol levante, todo el país de Galaad, de los gaditas, de los rubenitas, de Manasés, desde Aroer, sobre el torrente Arnón, Galaad y Basán. (II Reyes 10, 33)

  • Sacó la Aserá de la Casa de Yahveh fuera de Jerusalén, al torrente Cedrón, la quemó allí en el torrente Cedrón, la redujo a cenizas y arrojó las cenizas a las tumbas de los hijos del pueblo. (II Reyes 23, 6)

  • Los altares que estaban sobre el terrado de la habitación superior de Ajaz, que hicieron los reyes de Judá, y los altares que hizo Manasés en los dos patios de la Casa de Yahveh, el rey los derribó, los rompió allí y arrojó sus cenizas al torrente Cedrón. (II Reyes 23, 12)

  • No volvió a salir de su tierra el rey de Egipto, porque el rey de Babilonia había conquistado, desde el torrente de Egipto hasta el río Eufrates, todo cuanto era del rey de Egipto. (II Reyes 24, 7)

  • Entonces Salomón celebró la fiesta durante siete días y con él todo Israel, en magna asamblea, venida desde la Entrada de Jamat hasta el Torrente de Egipto. (II Crónicas 7, 8)

  • El rey Asá llegó a quitar a Maaká, su madre, el título de Gran Dama, porque había hecho un Horror para Aserá. Asá abatió este Horror, lo hizo pedazos y lo quemó en el torrente Cedrón. (II Crónicas 15, 16)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina