Znaleziono 167 Wyniki dla: efráim

  • Pues habrá un día en que griten los centinelas en la montaña de Efraím: «¡Levantaos y subamos a Sión, adonde Yahveh, el Dios nuestro!» (Jeremías 31, 6)

  • Con lloro vienen y con súplicas los devuelvo, los llevo a arroyos de agua por camino llano, en que no tropiecen. Porque yo soy para Israel un padre, y Efraím es mi primogénito. (Jeremías 31, 9)

  • Bien he oído a Efraím lamentarse: «Me corregiste y corregido fui, cual becerro no domado. Hazme volver y volveré, pues tú, Yahveh, eres mi Dios. (Jeremías 31, 18)

  • ¿Es un hijo tan caro para mí Efraím, o niño tan mimado, que tras haberme dado tanto que hablar, tenga que recordarlo todavía? Pues, en efecto, se han conmovido mis entrañas por él; ternura hacia él no ha de faltarme - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 31, 20)

  • Y devolveré a Israel a sus pastizal, y pacerá el Carmelo y el Basán, y en la montaña de Efraím y Galaad se saciará. (Jeremías 50, 19)

  • Y tú, hijo de hombre, toma un leño y escribe en él: «Judá y los israelitas que están con él.» Toma luego otro leño y escribe en él: «José, leño de Efraím, y toda la casa de Israel que está con él.» (Ezequiel 37, 16)

  • les dirás: Así dice el Señor Yahveh: He aquí que voy a tomar el leño de José (que está en la mano de Efraím) y las tribus de Israel que están con él, los pondré junto al leño de Judá, haré de todo un solo leño, y serán una sola cosa en mi mano. (Ezequiel 37, 19)

  • Limitando con Manasés, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Efraím, una parte. (Ezequiel 48, 5)

  • Limitando con Efraím, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Rubén, una parte. (Ezequiel 48, 6)

  • Efraím se ha apegado a sus ídolos, ¡déjale! (Oseas 4, 17)

  • Yo conozco a Efraím, e Israel no se me oculta. Sí, tú te has prostituido, Efraím, e Israel se ha contaminado, (Oseas 5, 3)

  • El orgullo de Israel testifica contra él; Israel y Efraím tropiezan por sus culpas, y también Judá tropieza con ellos. (Oseas 5, 5)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina