Znaleziono 158 Wyniki dla: guardar el sábado

  • Pero era sábado el día en que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. (Juan 9, 14)

  • Algunos fariseos decían: «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.» Otros decían: «Pero, ¿cómo puede un pecador realizar semejantes señales?» Y había disensión entre ellos. (Juan 9, 16)

  • Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado - porque aquel sábado era muy solemne - rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran. (Juan 19, 31)

  • mientras que ellos, partiendo de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. (Hechos 13, 14)

  • Los habitantes de Jerusalén y sus jefes cumplieron, sin saberlo, las Escrituras de los profetas que se leen cada sábado; (Hechos 13, 27)

  • Al salir les rogaban que les hablasen sobre estas cosas el siguiente sábado. (Hechos 13, 42)

  • El sábado siguiente se congregó casi toda la ciudad para escuchar la Palabra de Dios. (Hechos 13, 44)

  • Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se levantaron para decir que era necesario circuncidar a los gentiles y mandarles guardar la Ley de Moisés. (Hechos 15, 5)

  • Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad sus predicadores y es leído cada sábado en las sinagogas.» (Hechos 15, 21)

  • El sábado salimos fuera de la puerta, a la orilla de un río, donde suponíamos que habría un sitio para orar. Nos sentamos y empezamos a hablar a las mujeres que habían concurrido. (Hechos 16, 13)

  • Cada sábado en la sinagoga discutía, y se esforzaba por convencer a judíos y griegos. (Hechos 18, 4)

  • Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, entrególos Dios a su mente insensata, para que hicieran lo que no conviene: (Romanos 1, 28)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina