Znaleziono 1658 Wyniki dla: pueblo

  • Vio Moisés al pueblo desenfrenado - pues Aarón les había permitido entregarse a la idolatría en medio de sus adversarios - (Exodo 32, 25)

  • Cumplieron los hijos de Leví la orden de Moisés; y cayeron aquel día unos 3000 hombres del pueblo. (Exodo 32, 28)

  • Al día siguiente dijo Moisés al pueblo: «Habéis cometido un gran pecado. Yo voy a subir ahora donde Yahveh; acaso pueda obtener la expiación de vuestro pecado.» (Exodo 32, 30)

  • Volvió Moisés donde Yahveh y dijo: «¡Ay! Este pueblo ha cometido un gran pecado al hacerse un dios de oro. (Exodo 32, 31)

  • Ahora ve y conduce al pueblo adonde te he dicho. He aquí que mi ángel irá delante de ti, mas en el día de mi visita los castigaré yo por su pecado.» (Exodo 32, 34)

  • Y Yahveh castigó al pueblo a causa del becerro fabricado por Aarón. (Exodo 32, 35)

  • Dijo Yahveh a Moisés: «Anda, sube de aquí, tú y el pueblo que sacaste de Egipto, a la tierra que yo prometí con juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: "A tu posteridad se la daré." (Exodo 33, 1)

  • Sube a una tierra que mana leche y miel; que yo no subiré contigo, pues eres un pueblo de dura cerviz; no sea que te destruya en el camino.» (Exodo 33, 3)

  • Al oír el pueblo estas duras palabras, hizo duelo y nadie se vistió sus galas. (Exodo 33, 4)

  • Dijo entonces Yahveh a Moisés: «Di a los israelitas: Vosotros sois un pueblo de dura cerviz. Si yo saliera contigo, aunque fuera un solo momento, te destruiría. Ahora, pues, quítate tus galas, para que yo sepa qué he de hacer contigo.» (Exodo 33, 5)

  • Cuando salía Moisés hacia la Tienda, todo el pueblo se levantaba y se quedaba de pie a la puerta de su tienda, siguiendo con la vista a Moisés hasta que entraba en la Tienda. (Exodo 33, 8)

  • Todo el pueblo veía la columna de nube detenida a la puerta de la Tienda y se levantaba el pueblo, y cada cual se postraba junto a la puerta de su tienda. (Exodo 33, 10)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina