Znaleziono 40 Wyniki dla: Gramos

  • un vaso de oro de ciento veinte gramos de peso, lleno de perfume; (Números 7, 50)

  • Ofreció una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda; (Números 7, 55)

  • un vaso de oro de ciento veinte gramos de peso; (Números 7, 56)

  • Ofreció una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda; (Números 7, 61)

  • un vaso de oro de ciento veinte gramos de peso, lleno de perfume; (Números 7, 62)

  • Ofreció una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda; (Números 7, 67)

  • un vaso de oro de ciento veinte gramos de peso, lleno de perfume; (Números 7, 68)

  • Ofreció una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda; (Números 7, 73)

  • un vaso de oro de ciento veinte gramos de peso, lleno de perfume; (Números 7, 74)

  • Ofreció una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda; (Números 7, 79)

  • un vaso de oro de ciento veinte gramos de peso, lleno de perfume; (Números 7, 80)

  • las bandejas, de kilo y medio de peso cada una, y los jarrones, de ochocientos cincuenta gramos cada uno; el peso total de los objetos de plata era de unos veintiocho kilos según el peso del santuario; (Números 7, 85)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina