Znaleziono 123 Wyniki dla: Habló

  • El Señor nos habló cara a cara sobre la montaña desde fuego. (Deuteronomio 5, 4)

  • Gedeón dijo a Dios: "No se encienda tu ira contra mí si te hablo todavía una vez. Permíteme que haga una última vez la prueba del vellón: que quede seco solamente el vellón y en todo el suelo haya rocío". (Jueces 6, 39)

  • Bajó y habló con la joven que le gustaba. (Jueces 14, 7)

  • Jonatán habló bien de David a su padre Saúl. Y añadió: "No peque el rey contra su siervo David, porque él no ha cometido falta alguna contra ti; al contrario, sus acciones te han sido sumamente útiles. (I Samuel 19, 4)

  • Habló también a Benjamín; después fue a Hebrón a exponer a David todo lo que Israel y toda la casa de Benjamín habían visto con buenos ojos. (II Samuel 3, 19)

  • Entonces el rey convocó a los gabaonitas y les habló (los gabaonitas no eran israelitas, sino un resto de los amorreos; pero los israelitas estaban ligados a ellos con juramento y, sin embargo, Saúl había intentado exterminarlos en su celo por Israel y Judá). (II Samuel 21, 2)

  • siguió el de los jóvenes y les habló de esta manera: "Mi padre os puso un yugo pesado, yo lo haré más pesado todavía; mi padre os castigó con azotes, yo os castigaré con latigazos". (I Reyes 12, 14)

  • Mientras estaban sentados a la mesa, el Señor habló al profeta que le había hecho volverse, (I Reyes 13, 20)

  • Entonces el Señor habló así por medio de sus siervos los profetas: (II Reyes 21, 10)

  • Salomón habló a todo Israel, a los jefes de millares y de centurias, a los jueces y a todos los jefes de Israel, es decir, a todos los jefes de familias. (II Crónicas 1, 2)

  • y les habló de esta manera: "Mi padre os puso un yugo muy pesado, yo lo haré más pesado todavía; mi padre os castigó con azotes, yo os castigaré con latigazos". (II Crónicas 10, 14)

  • El Señor habló a Manasés y a su pueblo, pero no le escucharon. (II Crónicas 33, 10)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina