Znaleziono 998 Wyniki dla: batalla de jerusalén

  • y le dijo: "¡Que mi señor no me tenga en cuenta la falta y que no recuerde el delito que cometió tu siervo el día en que mi señor, el rey, salía de Jerusalén! Que el rey no lo tome a pecho. (II Samuel 19, 20)

  • Cuando llegó de Jerusalén ante el rey, éste le preguntó: "¿Por qué no viniste conmigo, Meribaal?". (II Samuel 19, 26)

  • El rey dijo a Barzilay: "Ven conmigo, y yo te proveeré en las necesidades de tu vejez junto a mí, en Jerusalén". (II Samuel 19, 34)

  • Pero Barzilay dijo al rey: "¿Cuántos años me quedan de vida para ir con el rey a Jerusalén? (II Samuel 19, 35)

  • Los hombres de Israel, abandonando a David, se fueron con Bicrí; pero los de Judá siguieron a su rey, desde el Jordán hasta Jerusalén. (II Samuel 20, 2)

  • David entró en su palacio, en Jerusalén. Y el rey tomó a las diez concubinas que había dejado para guardar el palacio y las puso bajo su guardia. Él proveyó a su sustento, pero no volvió a tener relaciones con ellas, y estuvieron encerradas, como viudas, hasta el día de su muerte. (II Samuel 20, 3)

  • Con Abisay salieron a campaña Joab, los quereteos, los peleteos y todos los valientes; salieron de Jerusalén para perseguir a Sebá, hijo de Bicrí. (II Samuel 20, 7)

  • La mujer, con su sabiduría, convenció a toda la ciudad, cortaron la cabeza a Sebá, hijo de Bicrí, y se la tiraron a Joab. Éste hizo sonar la trompeta y se alejaron de la ciudad, cada cual a su casa. Joab volvió a Jerusalén junto al rey. (II Samuel 20, 22)

  • Hubo otra batalla en Gob contra los filisteos, en la que Sibecay, el jusatita, mató a Saf, un descendiente de los gigantes. (II Samuel 21, 18)

  • Hubo otra batalla en Gob contra los filisteos, y Eljanán, hijo de Yaír, de Belén, mató a Goliat, de Gat; el asta de su lanza era como un enjullo de tejedor. (II Samuel 21, 19)

  • Se dio otra batalla en Gat, donde había un gigante que tenía veinticuatro dedos, seis en cada extremidad. También éste era descendiente de los gigantes. (II Samuel 21, 20)

  • Me ceñiste de fortaleza en la batalla, aplastaste bajo mis pies a mis agresores. (II Samuel 22, 40)


“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina