Znaleziono 453 Wyniki dla: diez carros de bronce

  • El pueblo estuvo recogiendo codornices todo el día, toda la noche y todo el día siguiente; el que menos, recogió diez montones, y las pusieron a secar en los alrededores del campamento. (Números 11, 32)

  • que todos los que han visto mi gloria y los prodigios que he hecho en Egipto y en el desierto, los que me han puesto a prueba por diez veces y no me han obedecido, (Números 14, 22)

  • Tomó Eleazar los incensarios de bronce que habían presentado los abrasados por el fuego y los transformó en láminas para el altar. (Números 17, 4)

  • El Señor dijo a Moisés: "Hazte una serpiente de bronce, ponla sobre un asta; los que hayan sido mordidos, al mirarla, sanarán". (Números 21, 8)

  • Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta; cuando alguno era mordido por una serpiente, miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado. (Números 21, 9)

  • El diez del mismo séptimo mes tendréis asamblea santa; ayunaréis y no haréis ningún trabajo. (Números 29, 7)

  • El cuarto día ofreceréis diez novillos, dos carneros y catorce corderos de un año, sin defecto, (Números 29, 23)

  • El oro, la plata, el bronce, el hierro, el estaño y el plomo, (Números 31, 22)

  • El Señor os promulgó su alianza y os mandó ponerla en práctica; eran los diez mandamientos que escribió sobre dos tablas de piedra. (Deuteronomio 4, 13)

  • tierra que te dará el pan en abundancia sin carecer de nada; tierra donde las piedras son de hierro y de cuyas montañas sale el bronce. (Deuteronomio 8, 9)

  • Como la primera vez, el Señor escribió sobre las tablas los diez mandamientos que él os había dictado sobre la montaña en medio del fuego, el día de la asamblea, y me las dio. (Deuteronomio 10, 4)

  • lo que hizo con el ejército egipcio, con sus caballos y sus carros, que sepultó bajo las aguas del mar Rojo cuando os perseguían y lo destruyó hasta el día de hoy; (Deuteronomio 11, 4)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina