Znaleziono 224 Wyniki dla: llanura de Moab
Edón, Moab, los amonitas, los filisteos, Amalec y el botín de Hadadézer, hijo de Rejob, rey de Sobá. (II Samuel 8, 12)
Él prosiguió: "Ocurra lo que ocurra, yo voy corriendo". Joab le dijo: "Pues, ¡hala!, corre". Ajimás corrió por el camino de la llanura y adelantó al cusita. (II Samuel 18, 23)
Benayas, hijo de Yehoyadá, hombre valiente y rico en hazañas, de Cabseel, fue el que mató a los dos héroes de Moab; fue también el que bajó a la cisterna y mató en ella a un león un día de nieve. (II Samuel 23, 20)
En el monte que está enfrente de Jerusalén construyó un santuario a Camós, ídolo repugnante de Moab, y a Milcón, ídolo repugnante de los amonitas. (I Reyes 11, 7)
Porque me ha abandonado a mí y ha adorado a Astarté, diosa de los sidonios; a Camós, dios de Moab, y a Milcón, dios de los amonitas, y no ha seguido mis caminos, haciendo lo que es recto a mis ojos, ni ha guardado mis leyes y mis mandamientos, como su padre David. (I Reyes 11, 33)
Los súbditos del rey de Siria le dijeron: "El dios de ellos es dios de las montañas; por eso nos han vencido; pero luchemos contra ellos en la llanura, y verás cómo los venceremos. (I Reyes 20, 23)
Luego tú reunirás un ejército como el que perdiste, una caballería como aquélla y carros en igual número. Les presentaremos batalla en la llanura, y verás cómo los venceremos". El rey escuchó sus razones y obró de esta manera. (I Reyes 20, 25)
Después de la muerte de Ajab, Moab se rebeló contra Israel. (II Reyes 1, 1)
Mesa, rey de Moab, era pastor, y pagaba en tributo al rey de Israel cien mil corderos y cien mil carneros de lana. (II Reyes 3, 4)
Pero, al morir Ajab, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel. (II Reyes 3, 5)
Se puso en camino y mandó decir a Josafat, rey de Judá: "El rey de Moab se ha rebelado contra mí. ¿Quieres venir conmigo a la guerra contra Moab?". Contestó: "Iré, pues tú y yo, tu pueblo y mi pueblo, tu caballería y mi caballería somos una misma cosa". (II Reyes 3, 7)
Entonces el rey de Israel exclamó: "¡Ay! Sin duda que el Señor ha reunido a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab". (II Reyes 3, 10)