Znaleziono 54 Wyniki dla: piel

  • el sacerdote examinará la llaga; si la llaga está más hundida que la piel y el pelo se ha vuelto amarillento y ralo, declarará impuro al enfermo: es tiña, la lepra de la cabeza y de la barba. (Levítico 13, 30)

  • Si en el reconocimiento de la llaga tiñosa el sacerdote no ve la piel hundida ni el pelo amarillento, aislará al enfermo durante siete días, (Levítico 13, 31)

  • y al séptimo día examinará la llaga; si la tiña no se ha extendido, el pelo no se ha vuelto amarillento y la piel no se ha hundido, (Levítico 13, 32)

  • al cabo de los cuales volverá a examinar la tiña; si no se ha extendido por la piel ni se ha hundido en ella, declarará puro al enfermo. (Levítico 13, 34)

  • Si, después de haber sido declarado puro, la tiña se extiende por la piel, (Levítico 13, 35)

  • el sacerdote lo examinará; si la tiña se ha extendido por la piel, no tiene ya necesidad de examinar si el pelo se ha vuelto amarillento: el enfermo es impuro. (Levítico 13, 36)

  • Si un hombre o una mujer tienen en la piel manchas relucientes y blancas, (Levítico 13, 38)

  • el sacerdote las examinará; si las manchas que hay sobre la piel son de un color blancuzco, se trata de eczema que ha brotado en la piel; el enfermo es puro". (Levítico 13, 39)

  • El sacerdote la examinará; si la inflamación de la llaga es de un color blanco rosáceo, como el de la lepra de la piel, (Levítico 13, 43)

  • Durante todo el tiempo de su nazireato no tomará producto alguno de la vid, desde la piel hasta los granos de la uva. (Números 6, 4)

  • Hará quemar la novilla en su presencia; será quemada piel, carne, sangre y excrementos. (Números 19, 5)

  • Tomó los ídolos familiares, los metió en la cama, puso en la cabecera una piel de cabra y los cubrió con un vestido. (I Samuel 19, 13)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina