Znaleziono 139 Wyniki dla: séptimo sello

  • y el tercero, y así hasta el séptimo, se casaron con la viuda, y murieron sin dejar hijos. (Lucas 20, 31)

  • Procuraos no el alimento que pasa, sino el que dura para la vida eterna; el que os da el hijo del hombre, a quien Dios Padre acreditó con su sello". (Juan 6, 27)

  • Y recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia que había obtenido antes de la circuncisión; así se convertía en padre de todos los no circuncidados que creyesen, para que también a ellos se les contase como justicia; (Romanos 4, 11)

  • Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; pues vosotros sois, en el Señor, el sello de mi apostolado. (I Corintios 9, 2)

  • Él nos ha marcado con su sello y ha puesto en nuestros corazones el Espíritu como prenda de salvación. (II Corintios 1, 22)

  • No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, que os ha marcado con su sello para distinguiros el día de la liberación. (Efesios 4, 30)

  • Pues en cierto pasaje dijo acerca del séptimo día: Y Dios descansó de todo su trabajo el séptimo día. (Hebreos 4, 4)

  • Ya profetizó de ellos Henoc, séptimo patriarca después de Adán, diciendo: Mirad, el Señor viene con miles y miles de ángeles (Judas 1, 14)

  • Cuando el cordero abrió el segundo sello, oí gritar al segundo ser viviente: Ven. (Apocalipsis 6, 3)

  • Cuando el cordero abrió el tercer sello, oí gritar al tercer ser viviente: Ven. Y vi aparecer un caballo negro, cuyo jinete tenía en la mano una balanza. (Apocalipsis 6, 5)

  • Cuando el cordero abrió el cuarto sello, oí el grito del cuarto ser viviente: Ven. (Apocalipsis 6, 7)

  • Cuando el cordero abrió el quinto sello, vi debajo del altar vivos a los que habían sido degollados por proclamar la palabra de Dios y por el testimonio que habían dado. (Apocalipsis 6, 9)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina