Znaleziono 269 Wyniki dla: salió

  • Por entonces también salió de Egipto el ejército del Faraón, y, al enterarse de ello los caldeos, que tenían puesto el cerco a Jerusalén, se retiraron de la ciudad. (Jeremías 37, 5)

  • salió Ebedmélec del palacio real y fue a decir al rey: (Jeremías 38, 8)

  • Ismael, hijo de Netanías, salió de Mispá a su encuentro, llorando todo el camino, y, al llegar a su encuentro, les dijo: "Venid donde Godolías, hijo de Ajicán". (Jeremías 41, 6)

  • Pero el ejército de los caldeos salió en persecución del rey, y dieron alcance a Sedecías en la llanura de Jericó; todos sus hombres lo abandonaron y se dispersaron. (Jeremías 52, 8)

  • Entonces el querubín alargó su mano al fuego que estaba entre los querubines, tomó parte de él y lo puso en las manos del hombre vestido de lino, el cual lo tomó y salió. (Ezequiel 10, 7)

  • La gloria del Señor salió del umbral del templo y se posó sobre los querubines. (Ezequiel 10, 18)

  • Y la gloria del Señor se elevó, salió de la ciudad y fue a detenerse sobre el monte que está al oriente de ella. (Ezequiel 11, 23)

  • El hombre salió en dirección este y con un cordel que llevaba en la mano midió quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta los tobillos. (Ezequiel 47, 3)

  • De uno de ellos, el más pequeño, salió además otro cuerno, que creció enormemente en dirección del mediodía, del oriente y de la tierra santa. (Daniel 8, 9)

  • Una vez, mientras ellos seguían acechando la ocasión oportuna, salió ella, como de ordinario, con dos doncellas, y quiso bañarse en el jardín porque hacía mucho calor. (Daniel 13, 15)

  • Luego le restituiré sus viñas; haré del valle de Acor una puerta de esperanza, y ella me responderá como en los días de su juventud, como en el día en que salió de Egipto. (Oseas 2, 17)

  • Jonás salió de la ciudad y se estableció al oriente de la misma, donde se hizo una cabaña y se sentó a su sombra hasta ver qué sucedía a la ciudad. (Jonás 4, 5)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina