Znaleziono 386 Wyniki dla: sangre

  • Efraín ha sido para el Señor motivo de amarga pena; el Señor hará recaer sobre él la sangre derramada, el Señor le devolverá su propio ultraje. (Oseas 12, 15)

  • Haré aparecer señales en el cielo y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo. (Joel 3, 3)

  • El sol se cambiará en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y glorioso. (Joel 3, 4)

  • Egipto quedará hecho un desierto, Edón una estepa desolada por la violencia hecha a los habitantes de Judá, por haber derramado sangre inocente en su propia tierra. (Joel 4, 19)

  • Yo vengaré su sangre, no la dejaré impune, y el Señor habitará en Sión. (Joel 4, 21)

  • Entonces clamaron al Señor y dijeron: "Señor, no nos hagas perecer por la vida de este hombre ni nos hagas responsables de sangre inocente, ya que tú, Señor, puedes hacer lo que quieras". (Jonás 1, 14)

  • que edificáis a Sión con sangre y a Jerusalén con injusticia. (Miqueas 3, 10)

  • La lealtad ha desaparecido del país, no queda un hombre justo. Todos acechan para verter sangre; el hermano a su hermano para ponerle trampas. (Miqueas 7, 2)

  • Porque has saqueado a muchos pueblos, los que queden de esos pueblos te saquearán a ti, por la sangre humana derramada y la violencia hecha al país, a la ciudad y a todos sus habitantes. (Habacuc 2, 8)

  • ¡Ay de quien edifica una ciudad sobre la sangre y funda una ciudad sobre el crimen! (Habacuc 2, 12)

  • Pues la violencia hecha en el Líbano te cubrirá y las matanzas de los animales te aterrarán por la sangre humana derramada y la violencia hecha al país, a la ciudad y a todos sus habitantes. (Habacuc 2, 17)

  • Yo infundiré angustias a los hombres, y ellos caminarán como ciegos, porque han pecado contra el Señor; su sangre será derramada como polvo, y su carne tirada como excremento. (Sofonías 1, 17)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina