Znaleziono 58 Wyniki dla: vuelva

  • Interroga al amigo, quizá él no ha hecho nada; y si lo hizo, para que no lo vuelva a hacer. (Eclesiástico 19, 13)

  • Interroga a tu amigo, quizá no ha dicho nada; y si lo ha dicho, para que no lo vuelva a decir. (Eclesiástico 19, 14)

  • Doblega su cerviz en su juventud y túndele las espaldas de muchacho, no sea que se vuelva díscolo y desobediente y sufras la pena de ello. (Eclesiástico 30, 12)

  • Y ahora ha hablado el Señor, que desde el seno me formó para ser siervo suyo, para hacer que Jacob vuelva a él y reunir con él a Israel -pues glorioso era yo a los ojos del Señor y mi Dios era mi fortaleza-; (Isaías 49, 5)

  • Pero ahora mi tienda está asolada, cortadas todas mis cuerdas. Mis hijos me han abandonado, han desaparecido. No queda ya quien vuelva a levantar mi tienda, a desplegar mis toldos. (Jeremías 10, 20)

  • Escucho, escucho el lamento de Efraín: "Me has castigado, y he sufrido el castigo como novillo indómito; haz que vuelva y volveré, pues tú eres el Señor, mi Dios. (Jeremías 31, 18)

  • No escapará ninguno de los supervivientes de Judá que se han venido a vivir a Egipto; ni uno solo quedará que vuelva al país de Judá, donde tanto desean volver a vivir; no volverán, salvo unos pocos fugitivos. (Jeremías 44, 14)

  • He vuelto contra ellos mi rostro. Del fuego han escapado, pero otro fuego los devorará. Y sabréis que yo soy el Señor, cuando vuelva mi rostro contra ellos. (Ezequiel 15, 7)

  • ¡Hiere a derecha y a izquierda, dondequiera se vuelva tu hoja! (Ezequiel 21, 21)

  • Manifestaré mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, no permitiré que vuelva a ser profanado mi santo nombre y sabrán las naciones que yo soy el Señor, el Santo de Israel. (Ezequiel 39, 7)

  • y el día en que vuelva a entrar en el santuario, en el atrio interior para oficiar en el santuario, ofrecerá un sacrificio por el pecado, dice el Señor Dios. (Ezequiel 44, 27)

  • y el que esté en el campo que no vuelva por su manto. (Mateo 24, 18)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina