11. Cuando se ponía la vestidura de fiesta y se revestía de sus espléndidos ornamentos, cuando subía al santo altar, él llenaba de gloria el recinto del Santuario.





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina