5. El ruido de las alas de los querubines se oyó hasta en el atrio exterior, como la voz del Todopoderoso cuando habla.





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina