Hechos, 25

10. Pablo respondió: «Estoy delante del tribunal del Emperador, y es aquí donde debo ser juzgado. Yo no hice ningún mal a los judíos, como tú lo sabes perfectamente.

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El Capítulo 25 de Hechos de los Apóstoles informa la continuación del juicio de Pablo ante las autoridades romanas, ahora en la figura del gobernador Félix y, más tarde, su sucesor, Festus. En medio de esta situación, hay intrigas políticas y religiosas que involucran a los judíos que acusan a Pablo, así como a la posibilidad de liberarlo, ya que no cometió ningún delito que justificó su arresto. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas del capítulo:

Proverbios 18:17: "El primero en presentar su causa siempre parece justa hasta que otro viene y lo interrogue". Este versículo ilustra bien la situación de Pablo ante las autoridades romanas, ya que los judíos lo acusaron sin rodeos, pero también tenía argumentos válidos a su favor.

Isaías 41:10: "No tengas miedo, porque estoy contigo, no te persigas, porque yo soy tu Dios; te fortalezco y te ayudo, y te apoyo con mi fiel mano derecha". Este versículo se puede aplicar a la situación de Pablo, que enfrentaba adversidades y persecución, pero tenía confianza en Dios de que sería sostenido y ayudado.

Filipenses 4:6-7: "No estás inquieto para nada; antes, todas tus peticiones son conocidas ante Dios, oración y súplicas, con Acción de Gracias. Y la paz de Dios, que excede toda comprensión, mantendrá tus corazones y tus tus corazones y tus sentimientos en Cristo Jesús ". Estos versos se pueden aplicar a Pablo, que probablemente rezó y suplicaron a Dios por su situación, y encontraron la paz en medio de la adversidad.

2 Corintios 12:9-10: "Y él me dijo que mi gracia es suficiente para ti, porque mi poder es perfecto en debilidad. De buena voluntad, porque me gloria en las debilidades, que el poder de Cristo descansa. De lo que yo Siente placer en las debilidades, lesiones, necesidades, persecución, angustia, por el amor de Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte ". Este pasaje habla sobre cómo la debilidad humana es un medio por el cual el poder de Dios se manifiesta. Pablo enfrentó persecución y adversidades, pero encontró fuerza en Dios.

Romanos 8:31: "¿Qué decimos, por lo tanto, a estas cosas? Si Dios es para nosotros, ¿quién estará en contra de nosotros?" Este versículo muestra que cuando tenemos a Dios de nuestro lado, no hay nada que pueda detenernos o evitar que su voluntad se cumpla. Pablo estaba convencido de que Dios estaba con él en medio de las acusaciones y la persecución, lo que le dio la certeza de la victoria.