34. Su mantenimiento fue asegurado por el rey de Babilonia con una asignación regular para cada día, hasta el día de su muerte, durante toda su vida.





“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina