Eclesiástico, 1
8. Sólo uno hay sabio, en extremo temible, el que en su trono está sentado.
8. Sólo uno hay sabio, en extremo temible, el que en su trono está sentado.
“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina