Génesis, 18

32. Respondió: Tampoco haría destrucción en gracia de los veinte.» Insistió: «Vaya, no se enfade mi Señor, que ya sólo hablaré esta vez: "¿Y si se encuentran allí diez?"» Dijo: «Tampoco haría destrucción, en gracia de los diez.»

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Génesis 18 describe la visita de tres hombres a Abraham y Sarah, quienes anuncian que Sarah tendrá un hijo. El capítulo aborda temas como la fidelidad de Dios para cumplir sus promesas, la importancia de la hospitalidad y misericordia de Dios. A continuación hay cinco versos relacionados con estos temas, en orden de proximidad al capítulo:

Hebreos 13:2: "No olvides la hospitalidad; fue practicando que, sin saber, algunos ángeles bienvenidos". Este versículo destaca la importancia de la hospitalidad, que está ejemplificada por Abraham en Génesis 18 al dar la bienvenida a los tres hombres y ofreciéndoles comida y refugio.

2 Pedro 3:9: "El Señor no tarda mucho en mantener su promesa, como juzgan. Por el contrario, él es paciente con usted, no quiere que nadie perezca, pero todos llegan al arrepentimiento". Este versículo destaca la fidelidad de Dios para cumplir sus promesas, incluso si pueden parecer lentas, lo que se evidencia en Génesis 18 cuando Dios cumple su promesa a Abraham que tendrá un hijo con Sarah.

Salmo 103:8: "El Señor es misericordioso y compasivo, muy paciente y lleno de amor". Este versículo destaca la misericordia de Dios, que se demuestra en Génesis 18 cuando Dios salva a Sodoma y Gomorra si Abraham encuentra un número suficiente de personas justas en la ciudad.

Génesis 18:25: "Lejos de que hagas tal cosa: mata a los justos con los malvados, tratando a los justos y los malvados de la misma manera. ¡Lejos de ti! ¿El juez de toda la tierra no justicia?" Este versículo destaca la justicia de Dios para no tratar a los justos y los malvados de la misma manera, que se discute en Génesis 18 cuando Abraham se pregunta si Dios destruirá la ciudad justa con la ciudad malvada.

Lucas 1:37: "Porque Dios es imposible para Dios". Este versículo destaca la omnipotencia de Dios, que se evidencia en Génesis 18 cuando Dios anuncia a Abraham que Sarah tendrá un hijo, incluso si es anciana y estéril.